Metrallas y fuego, en una tarde de invierno, pues balas y flechas atraviesan las oscuras llanuras de barro y arena.
Gritos y explosiones se escuchan cerca, la muerte camina con ansias de presas.
Disparos y miedo aquejan las sombras de la antigua clemencia, capáz de atormentar la lluvia de cenizas cubiertas.
Los soldados luchan con patriotismo y sin respuestas, aún así sabiendo que su destino en estas tierras bramea.
En el llano se percibe el fervor metálico de máquinas de guerra, pues acá empieza el fin de una era y el comienzo de otra extrema.