Quisiera tenderme en el tálamo de la blanca luna
y sentir las cosquillas del erotismo rozando sedosa pluma.
Quisiera probar el dulce caramelo de tu boca obediente,
ser la fantasía perversa de tu mente inocente.
Quisiera ser la gloria de tu armonía de loba aulladora,
sembrar ardientes besos en la senda de rosas y jazmines
de quien se enamora,
ser el pirata perdido que encuentra el tesoro entre tus piernas,
ave migrando a la primavera de tu belleza,
grisácea nube humedeciendo tu naturaleza,
penetrar en las aguas del río que disipa la niebla entre tu maleza.
Quisiera ser otoño que deshoje los árboles
de la alta meseta de tu vientre plateado,
soñar con los diamantes de tu rostro
y ser recuerdo de la fuerte tormenta
en tu sexo afortunado.