Ramón Bonachí

Ganas de quemarse sin arder (soneto)


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Dos lenguas se humedecen por completo
en el bravío mar de nuestras bocas,
rompen todas las reglas, están locas,
se buscan y se entregan en secreto.
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Las manos buscan un lugar concreto;
disfrutan de su suerte como pocas,
funden hasta las más templadas rocas
y cruzan las barreras del respeto.
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Me agranda esta pasión descontrolada
que llena de lujuria y de murmullos
los cálidos rincones del placer.
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Nada puede frenarnos, ¡nada, nada!
mientras sigan mis ojos y los tuyos
con ganas de quemarse  sin arder.
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Ftografía y poema : Ramón bonachí.