Justine Aislinn

Soñé que me querías.

Y el mundo no dolía, mientras la paz colmaba

el firmamento que pensaba me asfixiaba.

Mirada afable, objeto de vulnerabilidad

hundido tan fácilmente en plena debilidad.

 

Soñé que me querías por más de un segundo,

letargo intenso, hondo y tan deseado.

No espero ya despertar, verme dejado aquí

de tu arroyo a mi arroyo buscando, confluí.

 

Todo era dulce, incluso rosas y lavandas

en pleno invierno estaban ruborizadas.

Cada nube dócil, de algodón intensifiqué  

entonces volaba, y el mundo como de queque.

 

Como un par de niños, apenados del amor

enmarañando nuestras pequeñas manos con gran fervor.

Para ya medio día, te desvaneciste entera

pero al despertar

yo aún te quería.