Antonio Miguel Reyes

Ël dos culos

 

 Él dos culos

 

Al mundo vino en pelotas

sin nada que le cubriera

tan solo una tapadera

que pusieron las devotas.

 

Un gran susto se llevaron

cuando miraron al niño

a pesar de ser lampiño

en las bolas se fijaron.

 

Los ojos se les saltaban

ante tanta maravilla

solo fue la más cotilla

la que sus labios hablaban.

 

Mirar, mirar al chaval

que testículos más gordos

la oyeron hasta los sordos

siendo todo un festival.

 

Robustos y corpulentos

de un tamaño inigualable

permitirme, dejar que hable

eran dos grandes portentos.

 

Cigotos de tal tamaño

no los cubría una manta

los miraba hasta una santa

pensando que era un engaño.

 

El párroco al arrapiezo

por nombre puso dos culos

lo juro que ni los mulos

tienen mejor aderezo.

 

Desde entonces todos llaman

con el nombre de dos culos

pues ya quisieran los mulos

lo que los versos declaman.

 

De los circos es proeza

tiene tanta expectación

no hay  mujer en la nación

que no admire su grandeza.

 

Solo que tiene un problema

esa letrina que el usa

es piscina muy confusa

usarla para ese tema.