Y ahí estás, pensando en lo impensable, sintiendo aquello que es inequívoco e inexplicable. Tratando de encontrar en aquel lugar aquello que te fue negado sin dudar.
Y ahí estás, trataste, trataste, pero nunca llegaste; el miedo incesante te arremedo sin parante y sin dar lugar para tu ponderante personalidad.
Y ahí estás y a la vez no estás, inequívoca diría yo; brilla como el sol a la orilla del mar y, lucha contra lo que una vez fue un sentimiento sin alcanzar su mirar.
Y ahí estás, tan silenciosa e indecisa como si ese viento aliviano calmara tus sentimientos en vano, pero al fin y al cabo ahí estás por y para siempre en este preludio del sentimiento que con mi último aliento te escribo mi pensamiento.
-Sebastian Figueroa