Ariel Akira

Que te quemen mis versos

Que mis versos te quemen la ropa

y recorran el reino de tus deseos

que mi voz te entre suave al oído

y te ponga a temblar las piernas

 

La virginidad, esa torpe enfermedad

de santos con miradas sufridas

se morirá de envidia al mirar

la libertad con la que nos amamos