robertojuan

Manola La Pureza

 

“MANOLA LA PUREZA”

«Recuerdos de la niñez»

 

En mi barrio del Perchel,

y en la calle Peregrinos,

vivía una bella moza

que en hacendados caminos

trabajaba ella, a deshoras,

sin desaliento y destinos

a gente mayor e infantes,

enfermos y desvalidos.

Las \'comadres murmuraban\'

¿de dónde viene al ocaso?

muy cansada y… ella tan sola,

pero se hacía el remanso.

Cara como la Azucena

blancura por su pesar

tostada como el trigal.

Ojos para  desear

y dolidos por el llanto,

por ese sufrir de amar,

que le hiciera pasar tanto,

pelo color de la miel

recogido con encanto.

Esbelta figura altiva,

un diábolo su cintura,

caderas exuberantes

de pechera con soltura

y de piernas concordantes,

vestido rojo hermosura.

Hacendosa era la niña

hábiles manos bordando

en su ajuar, ella cosía,

y mientras, iba soñando,

en un mozo pinturero

que el sentido va quitando.

En la ventana la niña,

que a pie de calle se hallaba,

un mocito \'trinitario\'

el sentido le quitaba,

y presta en su quehacer diario

de atender lo que ocupaba,

niños; ancianos y enfermos

día a día dedicaba.

Y  centrada en la promesa

que aquel mozo un día daba.

Iba a sus cuitas Manola,

quiso Dios se lo encontrara

abrazando a otra mujer,

que de amor apasionara,

supo Manola después

que al matrimonio se hallara.

De salud muy delicada

enfermó pronto la rosa,

de \'Tisis\' diagnosticaron

aquella flor tan hermosa.

Duró muy poco la niña

que era prenda primorosa.

La Parca tomó  su turno

una mañana temprana,

de su faz huyó la rosa 

dejando la faz tan clara.

En coche caballos negros,

cuatro corceles tiraban,

que llevaban a la niña,

el Campo Santo esperaba.

Niña Manola descansa,

en su lecho del jardín

que al final es lo que amansa.

Las comadres le lloraron

de arrepentida esperanza

pues mucho la criticaron

pero hasta el alma, era blanca.

 

Roberto J. Martín