Marlis

A Vicente Aleixandre

no te conozco

aunque seas mi oquedad preferida,

no sé quién eres

y aspiro tu aroma de tempestad y anhelo

de miedo y de ternura

de sencillez y pasión.

 

No quiero verte.

 

Las palabras se suicidan en ti

y estallan en significados

como pechos henchidos de placer,

acaricio una frase

y mis dedos palpan lágrimas

añejas e inmemorables.

 

A ti, poeta, anciano venerable,

gracias.