Se vislumbran rayitos de sol por mi ventana,
con cánticos sonoros de las aves golondrinas,
que avisan la llegada de las horas matutinas,
forzando mi cuerpo a abandonar las sábanas,
esperando completar las jornadas vespertinas.
Deleito mi olfato con ese aroma a café molido,
cuyo rápido hervor impregna cada rinconcito,
me preparo para degustar un desayuno ligerito,
para poder cumplir con el régimen establecido,
que mantenga mi cuerpo entero siempre bonito.
Salgo a atender mis tareas y responsabilidades,
que a diario se me asignan en la faena laboral,
concentro mi esfuerzo como gran profesional,
a fin de aprovechar todas las oportunidades,
que redunden en beneficios de forma puntual.
Regreso luego a casa satisfecha y complacida,
porque se alcanzaron esos objetivos y metas,
un trabajo en equipo con estrategias zetas,
con un aprendizaje por la misión cumplida,
justificando el pago de mis quincenas netas.
***
Omaris Redman (Abril 7, 2022)