angelcesar

A la memoria de Miguel Hernández


No es sencillo ponerse tus zapatos
si no sabes pisar tanta maleza.
Esas suelas conocen largos ratos
en soledad, el hambre y la pobreza.

El bronce de tu piel eran ingratos
estigmas sometida a la crudeza
del tiempo dibujando garabatos
en tu rostro, en tu mente la destreza.

Un ejemplo de vida el sacrificio
de escribir entre gotas sin sosiego
y sangre responsable de tu oficio.

Persiste eterno el fruto de tu riego.
Memorias que marcó tu natalicio
hoy se elevan al cielo con un ruego.