Moisés Sánchez

Entre versos.

Bastó un momento para revivirte en mis recuerdos, aquellos donde mis labios morían por probar tu deseo, donde mi lengua ansiaba degustar poro a poro tu cuerpo.

 

Más que evidente,

era obvio que querías de mi eso que nadie nunca te ha dado:

un orgasmo entre versos;

un momento que saboreabas en tu intimidad, que te negabas a aceptar que tu también me querías ahí,

me querías besando tu cuello y saboreando tus senos,

quizá pasmado de ese desbordante infierno que guardabas entre tus dedos, y entonces,

solo entonces,

meterme en ti de tanto que gimes mi nombre, pertenecer a tu piel y ser tu esclavo hasta el amanecer, tener la encomienda de escalar beso a beso por tu entrepierna hasta encontrar el yacimiento de tu erotismo,

aquel que quita la sed,

ese que me hacer volver una y otra vez,

apropiarme de él hasta sentirme tuyo,

sentir que ahí es mi sitio,

que ahí puede ser mi refugio ante la soledad,

donde puedo hacerte vibrar y que en el dialecto de tus uñas firmes mi espalda, dejes tu marca donde sepa que tu saliva estuvo presente,

endulzando las memorias.

 

Te juro que antes de morir,

prefiero gastar mi vida enredado en ti antes que seguir escribiendo lo que sería hacerte el amor,

no usar más tinta en eso y mejor apretarte fuerte contra mi pecho, a tal punto que cada que me recuerdes no sepas si mis letras te besan más de lo que lo harían mis labios,

y tan solo quizá sean mis manos dándote refugio ante tanto caos, dándote el camino por donde regreses a ser feliz,

donde sepas que te vas a divertir o mejor aun,

donde sabes que puedes gemir, donde puedes pedir más, donde siempre quieres acabar o quizá,

una nueva historia comenzar.