Tommy Duque

LA AMAZONA (Volumen 3 de 3) La Noche

“JORNADA BAJO EL HECHIZO DE: OTIS-AMOT”

TRILOGÍA
 
LA AMAZONA

 

 

Y casi al final de mi jornada,
Deslizándome en alas de luna,
Por la verde vereda encantada,
Frente a mi brotó un jardín florido.
Miré sus matices fascinado;
Vi surgir en medio del fulgor
Una reina amazona y sus hordas,
Quien me preguntó con voz de seda:
-¿Que quieres oh foráneo intrépido?
Yo callé temblando estupefacto,
Quise huir, no pude, su voz tronó:
-¡Ahora pagarás tu osadía!


Y acercándose a mí amenazante,
Se despojó del traje de pieles.
Me tumbó a tierra violentamente,
Y hurtó mi voluntad con belleza,
La escuché recitar de mis versos,
Seduciendo implacable mi mente
Con la pericia de su intelecto.


Y entre besos y mordiscos tiernos
Me violó con su furia de diosa,
No di resistencia, ¿como hacerlo?
Su sexo me castigó con saña,
Su pasión cabalgó mis deseos
Por sierras nocturnales sin fin, 
Yo agradecí a todas las estrellas
Por la fortuna de tal agravio.


Y atisbando en las hojas y flores,
El tiempo inmóvil, y sonrojado.
La reina para entonces cansada,
Ordenó a su séquito en susurros:
- ¡Venid y tomad lo que de él queda!
Y como ramas de pino, secas,
Embistieron así, arrebatadas,
Arrastrando mi fuego en forestas
De placer, por mi desconocidas.
Y después de semejante ultraje,
Todas se esfumaron cual cenizas.


Y en medio del campo ahora oscuro,
Yací exhausto, aún saboreando
En mis labios, mis ojos, mi piel,
Esa dulzura de aquel ataque.
Y juré por mis cielos adversos
Poseer de nuevo aquellas joyas.
Y rebusqué entre libros e historias,
Pinturas, caravanas, museos,
Al fin, en un grabado de jarra,
Las hallé en prisión en un castillo.


Bajé a el, presuroso, en un cincel,
Y de cedros y robles cercanos,
Con mi alma forjé una catapulta,
Lancé mis deseos en saetas,
Y mi amor rugiente, en una roca.


Rompí el portal de la fortaleza,
Y con júbilo marché triunfante
Por las calles de éxtasis ungidas.
Danzando loaban mi proeza,
Y el sutil olor a hembra enervaba.


Como un buen lobato corrí hacia ella:
Mi gran tesoro, mi gran aliento,
El centro mismo de mi universo.
Esto me sucedió hace un milenio,
Mas hoy con trono, cetro y corona;
Mando a mi tierra las buenas nuevas:
-¡Venid a verme ya, oh mis hermanos!
¡Venid a verme por estos reinos!

 

Tommy Duque
Ene 25 1986
Salt Lake City, Utah

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