Leoness

Anduve errante la tarde

Anduve errante aquella tarde,

sentí mis fuerzas flaquear,

los sentimientos, abandonaban

mi interior defraudado y tardío

 

 

Luces se burlaban de mí, al paso,

reflejos pululaban desconcertados

mi marcha cambiaba de ritmo, exiguo,

sombras envuelven destellos huidizos

 

No supe adónde iba, sin sentido cierto

desesperado, y proferí tu nombre,

sin respuesta, alce la mirada al cielo;

Vega y Altair separados por la Vía Láctea

 

Yerto junto al algarrobo loco, flores

rojizas, amor en silencio y soledad;

y pensé en ti, y anhele ver tu perfil, y

corrí hacia ti, volé y… ¡no te ocultabas ahí!