Mario Luis Altuzar Suárez

El equidistante

Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ

A hermanos ucranianos y mexicanos

Masacrados por diabólicos carniceros

Me diluyo

En el tiempo y espacio

Se hacen grandes

¡Más grandes, mucho muy grandes!

Y reducen mi geografía corporal

La hacen pequeña

Más pequeña, muy pequeña

¿Cómo me veré a cien años luz?

¡Oh no! ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja!

¿Me veré?

Ni siquiera un punto molecular

Tampoco una brizna de polvo

…¡y sin embargo, soy grande!

¡Existo en mi grandeza!

Aquí, en este espacio

¡Tan finito! ¡Tan temporal!

Sin poder percibir hacia abajo

En la arena marina,

Allí, del agua divina

Con esa Tierra Sagrada

Fusionado al aire invisible

Con espasmos expansivos

En las lenguas flamígeras

Hacia el infinito microscópico

Soy un equilibrio equidistante

De dos eternidades

Percibidas en los vacíos de mi cuerpo

Llenos de la Energía de Vida

Ondulante electromagnetismo

Que Anima invisible

Mi grandiosidad

Nuestra grandiosidad de Ser

El Hijo del Hombre inmortal

Renovado por siempre

En el Fugo Natural

Incomprendido por la ignorancia

Del carnicero asesino

Que blasfema

“¡Oh, no!” al ver que se rompen las cadenas

Salpicándole la cara, manchándole las manos

Con sangre

¡Esta nuestra sangre!

De nuestra inmortalidad

En la Sagrada Libertad en que

Me diluyo

Me reconstruyo

En el tiempo y espacio

¡Qué jamás podrá ser suyo!

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México, 4 de marzo de 2022 de nuestra Era