Donaguil

¿HASTA CUÁNDO SEÑOR?

Tu recuerdo aligera las cargas

que avasallantes, me hacen pequeña;

pero sé que estás ahí, velando

por mí, desde un punto en el infinito

pensando en nosotros, y deseando

que todo nos vaya bien, viento en popa.

 

Tu luz transmuta mis tinieblas…

doblegas los avatares de la perfidia humana,

aun de la maldad te vales para hacerme brillar;

y que difícil es, que entre iguales te quieran aplastar,

pero siempre me haces triunfar en la adversidad,

aun cuando las fuerzas del mal me quieran destrozar.

 

Tu, eres la fuerza que inspira ;

La fe inquebrantable que impera;

tus milagros nacidos de la irracionalidad,

los profanos los ponen en duda pecando de soberbia,

y solo son burbujas que, a un simple toque, explotan;

en un santiamén les callas la boca y los pones en su lugar.

 

¡Oh misericordioso Señor! ¿Hasta cuándo vas a permitir que tu creación entre sí,

se destroce por sus intereses mezquinos que los hace creerse dueños del destino de otros?

Me aterra saber que deben morir los justos para que Tú entables juicio contra los impíos.