Quisiera tenerte
bajo mis párpados,
como un retrato
en una galería privada.
Cuando abandono
mi carne, mis huesos,
mi espíritu, mi alma…
mi cuerpo te llama,
como la oscuridad
a las luciérnagas.
Qué amargas las noches
y nuestra cama incendiada…
sola, como una novia
en un altar olvidada.
Cuando muero por ambos
en esta casa derrumbada,
me duermo solo y pensando:
quisiera tenerte bajo mis párpados.
—Felicio Flores.