Gelzaros

EL «FL-AUTISTA»

 

 

Recuerdo los comienzos del vecino

cuando articulaba torpes sonidos

que, lejos de armónicos, eran ruidos

de tartamudos pájaros sin trino.

 

Y soplaba, bajo un bigote albino,

con aquellos labios muy contraídos,

los poquísimos aires desprendidos

de su diafragma crepusculino.

 

Más se perfeccionaba día a día,

con repeticiones que no abandonó,

logrando una notable maestría

 

que, a todos los vecinos, nos asombró.

Pero... ¿por qué hoy suena sin sintonía

y se trastabilla tal cual empezó?