Rafael Escobar

\"PRESENCIA DIVINA\"

Llegó a mi existencia, con esa silueta

tan llena de encanto, de aromas tan llena;

con esa mirada tan pura y serena

que borda la vida de gran ilusión.

Le dio a mis quimeras fulgores de gloria

con cánticos regios, de fe, de armonía;

en donde mi verso florido nacía

dejando en el alma febril devoción.

 

Traía en sus ojos el rayo que vierte

fulgores de ensueño, de amor los colores;

y preso en sus redes, rendíale honores

por esa su estampa con aura triunfal.

Al verla en mi estancia, pensé que soñaba,

mirando su cuello tan blanco y sedoso,

lo mismo que un cisne, sensual, glamoroso;

que nada en la fuente de luz celestial.

 

Instantes supremos me dio su ternura,

un mar de caricias, sus manos de seda;

con voz delicada decía tan queda:

¡Deseo tus besos, tu fuego, tu ardor.

El más absorvente delirio vivimos,

 y fueron los días que estuvo a mi lado

un gran paraíso, radiante y soñado,

con luz policroma de intenso color.

 

Por eso en mis noches de inquieto desvelo,

su tenue figura dibuja mi mente;

y siento en mi boca su boca candente

buscando las mieles que yo me bebí.

Entonces se llena de versos mi lira,

y siento en mi lecho su cálido aroma

y escucho el arrullo de tierna paloma;

¡sintiendo en el alma su piel de alhelí!

 

Autor: Aníbal Rodríguez.