Ben-.

Memoria de la humildad-.

Pisas con hondo afecto

el profundo luto de la tierra

mezclando salivas con sangres

métodos con sintagmas preposicionales

en tu nomenclatura sin nombre

rota estructura desguazada de pies a cabeza.

Rondan en tus botas militares

sin duda lo que más subyace, la ausencia

y o carencia de estímulos, tú, el más cobarde

de los hombres; que tras ratas de sigilo,

corre y corre, y a veces trota ligero, sin embargo.

Escuchas el latido de un corazón ciego

la prontitud de un látigo soberano

la rectitud de un enigma esculpido en piedra.

Mas no oyes el sintagma, la repetición del dolor,

el ecuánime drenaje de los helechos nocturnos.

Allí, todo era sangre y sueño

todo complejo y enrarecido,

estatua de un milenio que adhiere

sus etiquetas de lavado múltiple.

Pisas destrozando sin pudor

la base de una tierra desgastada,

su sudor humano, delimitado por intemperies

varias y barracas; el señuelo de una rabia

apenas tiránica. Oh, volved vuestra cara

de súbita tristeza al poderío de mi emblema:

semen nuevo, utilitario, narcisista, semilla

negra de las profundidades del milenio!

Que yo buscaré el significado de las palabras

que comienzan con pañales y lunas.

Roja es la cama que empieza por elevarse

montaña afín al desastre de la tierra

una límpida nube explota y asume su destierro

mientras destrozadas caras convergen en los neutros huertos.

Yo no sabía detenerme, hubiera sido una solución

concreta, en los avisperos metódicos de la realeza

y las termiteras que han de comerme.

Demasiado dolor no termina en nada

demasiado clemente anda suelto

demasiado sublime se pone de fiesta

y hunde sus pies en la noble tierra. Mas

yo no me abandono: al frescor sin pundonor

de las ferias, de los rincones y pocilgas del mundo,

y de esos vasos presumo por las bodegas.

Las manos las tengo congeladas de arderme

la cara, de congestionárseme la nariz,

de emplear bonitos términos para describir

un omóplato, su presunta belleza;

y tengo los labios manejando mis palabras

las mejillas se quedan cortas para entenderme

y si corto su cruz con una vela las tijeras se doman

y destapan un Cristo sin voluntad.©