Jorge Horacio Richino

HASTA LAS MANOS

 

 

Por si viajan a París

ojo al frío e indiferencia;

pueden morir en la calle

sin que nadie los atienda.

 

Vivimos un mundo raro,

con hechos inexplicables;

vamos yendo cuesta abajo

somos seres deleznables.

 

Es imposible creer

que haya tantos distraídos;

y que no le importe a nadie

ver a un hombre, ahí caído.

 

En la ciudad de la luz

se apagó un farol humano,

y como nadie hizo nada:

¡Estamos hasta las manos!

 

 

Jorge Horacio Richino

Copyright.