Maria L

Alas

Parecías tan fuerte,

tan hueso.

Tan interminable,

todo infinito.

Eras del color

que nunca empalidece.

Y qué decir de tu tacto,

ruido de órganos

codeándose

adentro mío 

cada vez que la yema 

de tu dedo

osaba tocarme.

Oh el amor,

aquel amor tan imperio.

Me pregunto

que fué de sus venas,

dónde la boca,

en qué sitio los pies,

a qué  hora se volvió 

tan delgado,

tan alas de ningún pájaro.