Geja Alaras

No tengas miedo a quererme

Dame tu mano
hagamos un ligero trato.

Cuando las fauces
de tu miedo a querer
motivadas por la idea
que dañina a mi vida podes ser...
te pretendan...

Dame un beso;
no prometo disipar el miedo,
pero aseguro demostrar
que el único daño
permitido entre tú corazón y el mío,
sea ese de no dejarse confiar,
en la felicidad
que juntos podemos profezar.

Y si no querés,
no te nace o hasta eso temes...
Abrázame,
prometo intentar que tus latidos
bailen con los míos,
hasta que el miedo pase,
hasta que tú corazón descanse.

Pero si aún te negas,
porque las garras se acercan cada vez más...
Mírame,
y escruta en mis ojos,
la veta de confianza en ellos,
de que quererte es un privilegio,
y ser querido por vos,
solo sé compara con la grandeza del universo.

Y si todavía te resistís a confiar...
no haría nada...
lo único que me queda en la mente,
para que confíes en el potencial apisonador
de tu amor,
es escribir un poema titulado...
No tengas miedo a quererme...

Hasta que ya no exista el miedo
y leas para mantenerlo perpetuo en el tiempo,
este trato dulce,
entre tú boca y la mía,
tus brazos y los mios,
tu corazón y el mío,
tus ojos y este poema,
el trato aventurero,
que navegue entre las olas de tu alma y tú cuerpo,
yendo feliz… por el viento.