M. Jess

Mi ángel

Como un ángel a mi vida llegaste,
y como un ángel en ella te quedaste.
Hoy ya no puedo verte en físico, pero sé
que tu alma aún me acompaña.
 
Me has dejado marcas de amor
en mi corazón, recuerdos bellos que como
un regalo en mi interior se han guardado.
Aunque sé que estás en un lugar
donde el dolor de tu cuerpo se ha desvanecido
por completo, y hoy tu alma en paz
ya puede descansar, tu partida me sigue doliendo.
 
Pues anticipada sin aviso se hizo,
dejándome desconcertada en un abismo.
Aprenderé a vivir con tu memoria presente
en mi mente, y me conformare serenamente
con tus visitas frecuentes
en mi subconsciente.
 
Sé que algún día te volveré a ver,
donde quieras que estés, yo te encontrare.
Sólo espérame, para cuando tenga que volver,
no me pueda perder.
Allí entre las nubes te veré, y al fin, al día
nos pondremos poner, y el té que nos debemos,
beber podremos.
 
Aunque ya sé que nunca te enfadaste,
ya que el destino así simplemente
lo escribía. Perdóname por no haber estado
a tu lado cuando tu momento
de emigrar había llegado.
 
Hoy puedo decir que como mi ángel
el universo te ha prestado.
Tu leal, pura y sincera amistad
conmigo va a todos lados.
Cuando el silencio me envuelve,
tu presencia se siente.
 
Tus señales se hacen cada vez más fuertes.
Ya te he escuchado, estás aquí
a mi lado, mi querido ángel.
Mi amiga inolvidable que bendice
mi vida a cada instante.