José Luis Barrientos León

A una gata encantada

 

Como bailarina en el salón

con sus pupilas doradas

asomas por la ventana

como agua tenue sobre los cristales

 

Llegaste con la luna clara

sigilosa, plácida como mar en calma

mirándome a los ojos

transformando el paisaje

desterrando el silencio

Un sonido gutural como lamento intenso

acercando mi mirada a lo eterno

cuando el claro de luna se muestra entre auroras

tu figura felina juguetea a mi sombra

con su pelaje de negro azulado

como seda de encanto

 

Estaba exhausto, oí el ronroneo como súplica

mirándome de frente, con sus ojos color oro

con ese amor indiferente, que cautiva y espera

la noche siguiente, en que el cielo olvidado

nos acerque y encuentre