Bendito él;
que besa y abraza
con esperanzas en sueños
como céfiro tierno en medio de credos.
Benditos esos besos
llenos de azules
de mares y cielos;
como mariposas
que baten en sus alas el amor
despertando recuerdos
y avivando todo aquello
que nos mantuvo despiertos.
Bendito entre versos
que elevan la esperanza
de un dulce reencuentro
desprendiendo una sonrisa,
entre espigas bailantes
que abrazan con un beso;
bendito tú, amor
amor de mis desvelos.
Bendito tú, amor
amor de mi certidumbre,
de ese amar que se entibia
cuando me miras y te retengo.
Bendito ese aroma que se convierte en besos
bendita esa mirada que me llega con tus versos.
Yamila.