José Luis Barrientos León

Apreté mis manos

 

Apreté mis manos,

para atrapar el agua plena de tu pecho,

la acerque a mi boca,

me quemo los labios,

inundo mi alma.

Como riachuelo cristalino refresco mi lengua

me devolvió a la vida,

resucite entre brumas,

como presintiendo lluvias nuevas,

imaginando lunas, añorando estrellas

 

Apreté mis manos

para hacerte mía como fluido eterno,

como agua dulce que nació inocente,

en la augusta cumbre, en la selva airosa,

para renacer cual planta, que moría a solas

en el suelo árido,

en la cruel sequía que dejó el olvido

 

Apreté mis manos, te sentía viva

descubrí el latido, lo guardé en mi pecho,

para revelar el aire fresco, que me dio el aliento

cuando en el camino encontré la huella,

que le dio sentido a mi renacimiento.

 

Apreté mis manos, apreté de nuevo

y olvide que el agua solo existe libre

en la nube inmensa o en el río ingenuo

en tu pecho de ángel

o en mi mano anciana

en mi boca seca

o en tu vientre húmedo

Apreté mis manos.

Las abrí de nuevo.

Las mire vacías.

 

Ya te habías ido

Apreté mis manos

y quede sin vida