EHUR OHR

Así la amé...

Yo la amé…

detrás de mi silencio…

la adoré…

me la guardé en el corazón…

en un rincón del alma…

junto a mis más impecables sentimientos.

 

Así la amé…intensamente,

con la sencillez del roció al amanecer…reposado sobre pétalos de rosas,

con la alegría de un travieso gorrión…revoloteando feliz por la mañana,

y con la tibieza del sol sobre los campos, labrantíos dorados de luz…henchidos de esperanza.

 

Así la amé… ingenuamente,

con la paz de las aguas del estanque…en quietud total,

y también con la bravura y excitación

de los ariscos ríos de las montañas nevadas.

 

La amé con la insolencia del viento enfriando sus momentos de ímpetu,

con la libertad de las hojas…precipitándose al infinito otoñal de los delirios.

 

Y con la dulzura exquisita de los besos inexpertos,

y con la ternura estremecedora de la caricia de un niño.

 

La amé como la luna a sus estrellas…y como todas ellas juntas,

como la noche ama la alborada…al filo de la aurora…discretamente.

 

La amé como en los viejos tiempos…

a punta de poemas…y de cartas,

con canciones en forma de boleros y baladas,

y con serenatas y telefonazos a la madrugada.

 

La amé con ramos de flores y tarjetas,

y con retratos hechos con mis propias manos.

 

Así la ame…inmensamente,

sin malicia…sin perversidad alguna,

la amé limpiamente…

con mis mejores intenciones…

con mis mejores armas.

 

Y aposté todo por ella…

me la jugué completo por ella,

le regalé mis ganas de vivir…

mis ilusiones…

mis sueños…mis promesas,

le escribe mis mejores versos.

 

Me abrí el pecho…

y le entregue todo lo que tenía…

 

y no fue suficiente…

 

¿y no lo entiendo?…

 

no tuve más para ofrecerle…

y me marché…

 

así fue que terminó…este amor delirante,

 

y entonces me fui de su vida…para siempre.