José Luis Barrientos León

He llegado

 

He llegado a escucharte, a encontrarme en tus palabras

En la quietud de tu alma dócil, que doma mis manos

Para convertirlas en sedas, posadas sobre tus párpados

anhelando tu aire, pretendiendo tu respiración

 

He llegado a contemplarte, a encontrarme en el infinito de tus ojos

En el sosiego de tu vientre, donde reposan mis sueños

Que mudan a ríos cristalinos para humedecer tu cuerpo

Como lluvia tenue deslizándose sobre tu desnudez

 

He llegado adherido a mis delirios, para navegar a tu lado

Por los afluentes de pasión que nos llevan a mares escondidos

En la inmensidad del afecto, en la tersura de la piel

Donde se incendian quimeras para que nazca la entrega

 

He llegado, para descubrir tu pecho

Y derretir el hielo que me dejó el olvido

Apagando el fuego de mi sangre primitiva

Que te escucha, te contempla y se adhiere