Rubén Adrían

He intentado

En la soledad, el espejo, empañado

el marco de oro opaco, y el pesado

pasado colgando de un maneral.

 

He aquí, me tienes jugando al alfarero

con mi corazón de barro, intentando

recoger mi maltrecha dignidad

 

 

Hoy voy  a sangrarme, sacudirme las

sanguijuelas, a  prepararme un capuchino

de vainilla y cianuro, remedio para el olvido

y aquí en este suelo llano, donde desparramado

luce el orgullo de un hombre necio, haré una

reverencia a tu engaño, a tu amor falso.