Jorge Horacio Richino

A LA SALUD

 

 

Si de deseos hablamos

la salud es lo primero,

todos la necesitamos

como la espada al guerrero.

 

Mas cuando los años pasan

en incierto trajinar;

con lo que pueden, arrasan

como tifón en la mar.

 

Y van quedando lesiones

que a nuestro cuerpo combaten,

y sin muchas dilaciones

poco a poco nos abaten.

 

Hay un sinfín de lamento

por encima de mi sino,

que me arrincona con viento

en el final del camino.

 

Pidamos por la salud,

quizás sea concedida;

es ella una gran virtud

que siempre es bien recibida.

 

Con acero y con adarga

algo ciegos como albinos;

emprendamos lucha amarga

cual quijote y los molinos.

 

Y en nuestra última batalla

no bajaremos los brazos;

igual que barco que encalla

en el mar de los Sargazos.

 

 

 

Jorge Horacio Richino

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