Shalom Aperrigue Lira

Carta a un desamor

Estimado,

En esta finita quietud y el infinito dolor que me causa, quiero decirte de una vez por todas cuánto me duele. Pensarte de manera tan constante, imaginarte a mi lado y desear que estuvieras ahí, más que la cabeza, me duele el alma, la misma yace fatigada y herida por la incertidumbre que me generas. Tanto tiempo, tantos mensajes, tantas canciones… ojalá hubieran significado algo, ojalá no hubiera sido yo.

¿Alguna vez signifiqué algo para ti? Lo que siento...¿realmente es amor?

Son muchas las dudas que me gustaría responder, pero no podré hacerlo ahora. ¿Sabes? He buscado quererte de otras maneras, porque lamentablemente del modo en que lo hago ahora no es correcto, solo causa estragos en mis pensamientos.

Sé que te dije que no siento nada, no lo expliqué bien. Me refería a que lo que siento es tan breve y a la vez intenso (ello según mi persona, claro está). Es tan breve que me hace pensar si realmente lo sentí, si realmente pasó. Debido a ello siempre he llegado a concluir que tal vez no siento nada.

Tengo mil y una preguntas para ti, una de ellas es ¿Por qué querías ver el eclipse más largo del siglo conmigo? Agradecí el hecho de que eso no sucedería, ¿no has notado que quiero evitar pasar tanto tiempo contigo? Tal vez no, porque sí quiero. Sin embargo, desearía no pensarte tanto... y ahí estás de nuevo. ¿Debería alejarme de ti? ¿Debería entregarte esta carta?

No sé si este escrito tiene coherencia, pero ¡lo hice yo! Me alegra profundamente escribir un poco de lo que suele andar por mi cabeza.

Atentamente, Shalom

PD: Te quiero de la mejor manera que puedo quererte.