Alberto Diago

EN NUESTRA VEJEZ

Se cubrirá de arrugas mi piel,

y mis ojos, casi sin luz,

ni lograrán reconocerme.

Mas, al mirar al espejo,

cuando tú estés frente a él,

con mis ojos casi sin luz,

veré a una joven y bella mujer,

y entonces... nuevamente de ti

¡me enamoraré!

 

xE.C.