«Suéñeme, que le conviene. Suéñeme, que le va a gustar»
—Eduardo Galeano—
Quiero desarmar
la historia de tus sueños,
en versos, poemas, y más sueños,
hasta que los besos despierten,
del último garbeo...
ese que se apega,
mucho más a ti...
Eres ...
pincelada de la brisa que suspira,
la armonía de una fantasía,
que se dibuja mucho más allá del vivir,
tejiendo los sueños,
que desnudan tu melodía ,
después de ser tan venturoso .
Del rumor que callas...
está la voz que resalta
y los versos de una soñadora,
entrelazando murmullos,
al despuntar el Alba...o al amparo de la Luna,
en sublime melodía envuelta en clamores.
Porque soy...
un poco más de lo que prometo,
porque lo único que espero,
es merecer...
que cada gota de tu piel,
se adueñe, conquiste... rodee,
de quién para ti ... yo soy.
Cuándo los pasos...
encuentran su destino ,
es mucho más firme el camino,
se ensancha la sonrisa,
las ilusiones ... los anhelos
se colorean de las quimeras ,
que están por dinamar la flama.
En mis sueños... de siempre,
nunca llegas tarde,
acaricias mis contornos ,
inflamas cada soplo de utopía,
desdibujando la aureola,
siendo inevitable esa lujuria,
que nos abraza ... mientras amanece.
... Travieso haz luminoso juguetea en mis pestañas despertando mi letargo, abro los párpados... sonrío y te veo... ahí donde te encuentro, te digo:
–Has sido mi rayo de luz en un día que hubiera sido nublado ... centella de esperanza, halo venturoso... eso eres–
Con mirada ilusionada contemplo el entorno... lleno mis ojos de ello, a lo lejos... el mar... siempre el mar, fuente vital, entonces ... evoco...
Tu piel tiene tanta fuerza que, aún en la distancia, aún sin conocerla, toca mi memoria.
Me gustas porque sin motivos me buscas, sin verme me quieres y sin ataduras te quedas... no solo eres atracción física, eres atracción mental. En otras palabras, enciendes mi cuerpo, revolucionas mis neuronas y aceleras mi corazón ,cuando recuerdo tu voz . No sabes cuánto daría por ir donde estés y abrazarte... Embriágame a caricias, bésame hasta que pierda el sentido... ese, que se mantiene
en la espera de tu llegada... mientras amanece.
Yazmín González Guirado
La Habana Cuba
Meigajaz
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«No importa que nos separe la distancia, siempre habrá un mismo cielo que nos una»