Rosita de Mendoza

Sosiego

Nada le importa a mi piel los argumentos de mi razón 

Va en busca del calor de tus manos 

Ansiedad en la distancia

Los días se alargan como siestas de verano

Dividida

Estresadas las entrañas

Sin sosiego

Estremecen los recuerdos

Susurran a mis labios

Revolución, independencia

Mi yo se debilita

Un esfuerzo de poesía 

Mientras el caos me invade

Mi cuerpo no entiende de tiempos

De prejuicios ni buenas costumbres

Sofoco el fuego masticando hielo

Recupero el control

Agotada

No sé hasta cuándo