pani

A UNA DIOSA GRIEGA...

 

Cuando Diciembre

nos reclama el cesáreo

don del cielo,

y entre brumas escogidas

se dibuja el nuevo día,

 

nieves de oro...

como velas encendidas,

nos anuncian brevemente

el loor de su sonrisa,

 

acaso eres tú Helena...

la de los cabellos aúreos,

aquella señora...

que a Paris sedujera,

 

tan inigualable

tu belleza herida...

que hasta la propia luna,

 

tu rostro sueña.