belnia

CODAZON

¿Quien ha robado mi codazon?

¿Quien le ha privado su libertad?

 

No puedo asir sus miradas,

ni digerir su voz.

¿Quien lo ha vuelto intocable a mis manos?

 

No puede ser mas que las garras ferroces

 de las incongruencias estructurales,

que solo le ha dado a mi CODAZON:

cuatro metros cuadrados, una almohada de piedra

para soportar la dura realidad que lleva su mente.

Y como cobija las otras miradas de tristeza que

en vez de calentar su cuerpo solo hacen que muera

de hipotermia.