Juan Rafael Mena

EL POETA JOSÉ DE ESPRONCEDA, ENTERADO DE LA MUERTE DE TERESA (PROTAGONISTA LUEGO DE SU CANTO), ACUDE A SU VELATORIO  

                                  

Asomado a la verja de la casa

en la que está el cadáver de Teresa

sufre el que la distancia no atraviesa

y la entrada prohibida no traspasa.

 

Su corazón se siente que lo arrasa

el pasado, aquel rapto que hoy le pesa.

Llora por dentro y esa verja besa

ya que hasta verla en su ataúd no pasa.

 

París, Madrid, la hija que tuvieron.

Los celos que le diera y que ellos fueron

los que a ella impulsaron a la huida.

 

“¡Oh Teresa, oh dolor…!”. Cuánto yo diera

porque ese Canto nunca se escribiera:

que es también epitafio de mi vida.

 

MUNDO ESCRITURA, FEBRERO 2021