José Luis Barrientos León

Nosotros, los de siempre

 

Nosotros entonces, los de siempre, ¿dónde dejamos los sueños?

¿Dónde quedó la voz profética que anticipa conquistas?

Riquezas sin límites en el tesoro de los ideales

En la lucha por justicias, por igualdades y derechos

 

Nos han llenado los días de oraciones y dogmas

Imágenes de multitudes doblegadas, implorando compasiones

Aplastadas por un dedo que presiona la tecla

Del poder en monedas, prescindiendo del hombre

 

¿Dónde dejamos los pies que abrieron los surcos?

Las manos que empuñan el arado para fecundar la tierra

El pensamiento vigoroso que alcanza proezas

La voz inquebrantable que conquistaba el tiempo

 

Quiero palpitar de nuevo bajo el sauce, junto al río

Luchar por la tierra elegida y no la prometida

Quiero surgir de la palabra como fuego arrasador

Latir indomable como el viento

Con mi garganta profanando doctrinas y evangelios

Hasta escribir una nueva historia de libertades

De hombres que vencen y no vencidos

 

Quiero tomar la mano del hermano para ofrecer el relevo

Del tiempo solidario que unifica los pueblos

Que funda familias en el vientre de esta tierra

La de todos, la del pueblo, la de la libertad y el alimento

 

Nos han llenado las venas de aguas saladas

Que cambiaremos por sangre

La del fuego incesante y trabajo tenaz

La del sol brillante que abraza y fecunda

 

Volveremos al camino de la riqueza sin límites

Que se amasa en el pecho de la mujer y no de la esclava

Que se apisona con manos de hombre y guerrero

Y no de siervos medrosos ante el águila o el crucifijo

Nosotros entonces, los de siempre, ya no seremos los mismos