Nunca imaginè que los aplausos fueran mas fuertes qeu el sonido de mi alma gritando "te amo".
Mi voz, esa que te arrullaba, hoy es una cuerda rota, cortada por tu ambiciòn, por tu miopìa de no distinguir amor de vanidad.
Cuando el frìo de tu invierno te dolìa en tu soledad, yo..en el calor de mi verano te abrazaba cada noche.
Hoy el frìo me congela el alma y vos en tu verano...me has dejado solo.
Los vapores de esos triunfos, triunfos pasajeros, te han embriagado a tal punto que tus oìdos sòlo escuhan las palabras elogiosas que te dan los que siempre estàn en las buenas ...pero nunca en las malas.
Yo estuve en tus malas..y en las buenas me abandonaste..como se abandona un traje viejo...las polillas del olvido se comen al amor, y la naftalina hace del presente algo que se te va a morir muy pronto.
En esa muerte que enfrenta al mas fuerte insecticida las polillas sobreviven y sobrevuelan tu consciencia para recordarte que no es justo emborracharse y quedarse sordo...sordera de los que tal vez no amaban màs que en los momentos de necesidad, egoìsmo inmune a la entrega total, algo que las polillas no perdonan, porque mueren con la naftalina..pero al verano siguiente vuelven a nacer.