Luis de Yeliang

Señorita

Sonrisa divina con bello mirar

trazaba a lo lejos una línea en el mar

de emociones encontradas, y sin palabras

que a ella pudiera en mis versos alabarla,

 

Describirla, decirle tantas cosas bonitas

tocarla y en el tacto resguardarla

en mis memorias más febriles

con las pretensiones más gentiles

que no son más que para amarla,

 

Suave murmullo en elegante andar

cierra los ojos pues quiere soñar

que no hay necesidad de mentiras

los engaños hacen daño y lastiman

y su corazón está por encima de eso

 

¡Cuánto admiro a la señorita!

Tiene una paz que pareciese infinita

miro su cabello, su rostro, sus labios,

sé que su espera no requiere milagros

porque sólo es cuestión de esperar:

el amor llega cuando debe llegar...