Éramos poco dóciles con nosotros mismos,
Evitábamos darnos celos y para ello nos aislábamos.
No teníamos amigos, parecía no necesitábamos.
Ella me decía que así era feliz, que la confianza lo es todo.
Quería que también yo lo creyera, pero yo lo creí antes que ella.
quizá y algo de cierto había en todo: no todos eran buenos.
La felicidad de otros no repele a los infelices.
La vida nos golpeaba, como nos golpeaba,
Pero estábamos juntos y parecía no faltar nada
Y ella me decía que la confianza lo era todo.
Que así era feliz, que no quería amigos y tal vez así lo creía
pero de tanto repetirlo la voz se le quebraba.
Cuando decidimos tener amigos, algunos amigos,
Algo en nuestra relación cambió. Silencio.
Excusas, excusas, tiempo en otros,
Y ella entonces me repetía que la confianza lo era todo.