Freddy Kalvo

Romance a la vida

 

Caminé valles oscuros

contra el viento y la marea

contra aquella espesa bruma

envuelto en su cruel tiniebla.

Y la luz se iba quedando

tan tenue como una vela;

pero la esperanza estulta

mantuvo siempre firmeza

de salir siempre adelante

sin dejar de dar pelea

con la fe dentro del pecho

contra una infame pandemia

que tiñendo va de muerte

sin tapujos, sin enmienda

y los pobres van sufriendo

la terrible pestilencia.

 

Caminé oscuros caminos

y también largas veredas

en medio de aquellas sombras

sintiendo la carga a cuestas.

Pero manos solidarias

aplacaron mis quimeras

los temores y dolores

que la enfermedad aquejan

y la luz fue apareciendo

con aquella llama intensa

como el sol que en la mañana

resplandece en la marea

en los llanos y los prados

y también en cordilleras

que se visten de colores

al llegar la primavera.

 

Caminé con los pesares

de un padre cuando se quiebra

viendo en los hijos quebranto

uno a uno, como en cadena,

presagiando tantas cosas

y hasta muerte tempranera;

sumándose ingratamente

una madre verdadera

que amando mucho a sus hijos

pasó las noches en vela

cuidando la descendencia

aunque al hacerlo muriera.

Tristes momentos vividos

y sigue la primavera

mostrando su colorido

con el amor de pareja

que arriesgando hasta la vida

se quedó noches enteras

sin abandonar el nido

a pesar de estar enferma

del virus que contagioso

te pone la vida en pena.

Pero muchas oraciones

se juntaron como estrellas

que llegaron hasta el cielo

de una forma muy fraterna

donde Dios fue bondadoso

y a nadie obligo que crea

porque describo en los versos

la congoja que atraviesa

golpeando las entrañas

y machacando las penas

sintiendo llegar la noche

lúgubre por ser eterna,

pero los rayos brillaron

en las miradas serenas

en el pasado noviembre

en una mañana fresca

con la brisa acariciando

la vida desde las sierras.

 

La vida pende de un hilo

porque siempre es pasajera

vuela y vuela libremente

cayendo como hoja seca

vibrando al compás del viento

cayendo en la polvareda

y el tiempo con sus recuerdos

el alma vuelven estrecha

porque el sentimiento llora

con sus gotas como perlas

que se anidan y florecen

recorriendo las veredas

que anduvieron nuestros pasos

que han dejado muchas huellas.

¡Despedirse nunca es fácil,

cuando a la vida te aferras!

Pero salimos avante

del peligro y la tristeza

teniendo siempre esperanza

y la fe como trinchera.

 

Solo el amor solidario

te salva. ¡Es la moraleja!