Soneto Alejandrino de rimas internas y sin sinalefasç
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Aunque termino preso de todo lo vivido,
cuando llega la pena, sin respetar ni nada,
mas dolor desenfrena pensar en tu mirada
más hiere, lo confieso, la soledad del nido,
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Añorar ese beso, de sobras bienvenido,
rompe toda serena rutina deseada.
¡Oh!, madre tal escena de sobras recordada
es demasiado peso para cualquier herido.
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Aquellos soberanos momentos de ternura
van girando cual noria, con sus recuerdos viejos,
aunque siempre cercanos, transmiten amargura.
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Y sigue la memoria queriendo ver reflejos
de tus ojos, tus manos, tu cara, tu figura,
pero pasó la gloria, solo quedan consejos
.
Fotografía y poema Ramón Bonachí.