Golpeo a tu puerta con inquietud y urgida,
una dulce y tenue voz me murmuró al oído,
que se hacía inminente mi presencia cálida,
heme aquí dispuesta para cualquier cometido.
Te ofrezco una particular alianza solidaria,
sin el derecho a cuestionar tus decisiones,
porque la complicidad orquestada es sabia,
esperando poder ser luz en tus confusiones.
Una moneda siempre nos mostrará dos lados,
pero dependerá de nosotros cuál se escoja,
la prudencia debe prevalecer con altos grados,
determinantes para aliviar lo que nos acongoja.
Rendirnos jamás será una opción permisiva,
por muy difícil de la situación que afrontamos,
avanzar con pasos firmes es la salida efectiva,
seguir adelante con gallardía y continuamos.