¡Oh! Mi eterna enamorada,
mi musa, mi dulce amor,
luz presente en mi alborada
eres mi sol cegador,
por ti enfrenté los peligros
y recorrí la Pangea,
devoré miles de libros,
por ti, bella Dulcinea.
Me hice caballero andante
Hasta perder la razón,
Tu dirás que soy pedante,
Hablo con el corazón.
Luché buscando justicia
Defendiendo al inocente
Debatiendo con pericia
Siempre mirando de frente.
Fui apaleado muchas veces
también fui arrojado a un pozo,
la vida me dio reveces
por ti, dama del Toboso.
Montado en su Rocinante,
Aunque nadie me lo crea
éste de la voz cantante
Va en busca de Dulcinea.
Me acompaña, en su mulita
Un joven de gran templanza
Al pasar todos le gritan…
¡Viva! ¡Viva! Sancho Panza.