Ed-win

Levántate hijo mío.

No tengas miedo hijo mío,
levántate como lo has hecho,
 toda tu vida.

Pero esta vez hijo mío,
no estarás solo.
¡Te ayudaré!.
Siempre he estado
 vigilando tus pasos.

No solamente eso;
 siempre  he visto todas las veces
que te has caído,
Y tú, no has maldecido, has perdonado.

La venganza no es parte de ti,
 No hay nada más hermoso que tú,
  mi hijo.

Nada te ha detenido, 
a pesar  de todas esas caídas;
Siempre me sorprendes con 
\"tu silencio\"; nunca has reclamado,
o preguntado por mi ayuda.

No obstante hijo,
Estoy cansado
 de contemplarte caer.
Quieras o no
 ¡Te ayudaré!
Porque lo mereces
y aquí te espero.

Te he visto caer y te levantas;
he visto caer   tu reino,
 tú lo levantas,
 lo reconstruyes y lo mejoras.

 He visto cuando alguien cae
cerca de tus pies.
Y le das  tus manos 
para que se levanten.

Te he visto cuando 
 acompañas a los moribundos,
 hasta sus últimos  momentos
 en que  caen en la cama.

He visto todas  las veces 
que te has caído
 cuando te rompen
 el corazón y te levantas.

Pero   tu corazón todavía sigue limpio, 
con la esperanza que un día, 
 sea verdaderamente amado.

Pero lo más hermoso a pesar de 
tantos sufrimientos, e injusticias,
y tanto dolor en tu corazón,
no  has dejado por ningún motivo
que tu alma se ensucie.

Lo más preciado de ti,
 es esa alma tuya, 
que nunca ha caído o caerá
y eso te hace diferente a los demás.

 Por lo que  de ahora en adelante
solo  mirarás  el caer  de los pétalos
 de las rosas más hermosas.
 
Yo me aseguraré
que  tú nunca caerás.
Porque estaré a tus espaldas
cuidándote.