Carlos Andrey Vargas Araya

Lejos de ti

Un día te escabulliste entre mis pensamientos.

Jugabas con mis neuronas como si te pertenecieran las 24 horas del día. 

Tú, mi dopamina, mi estado de euforia natural cuando estás cerca. 

Me dejé llevar como el agua que cae por el rocío suave de la cascada del Ángel. 

Me encontraste frágil a la orilla de tu soledad, no podía quitarte la mirada. 

Guardé tu rostro por años en mi memoria.

Después de tantos años, por fin besé tu mano y aunque no fuesen tus labios,

Entrelacé mis dedos con los tuyos, deseando que nunca te soltara,

Y por última ves te vi partir, sin ninguna prisa, te inmortalicé con el amor de tus palabras. 

Lejos de ti, pienso que quizás yo no sobreviva, porque conocer tu mirada es algo que no se me olvida. 

Si te quiero cerca de nuevo, para tener la oportunidad de abrazarte. Lejos de ti es el destino que no deseo.

Cariño mio, no te quedes sin palabras, que me liquide tu indiferencia o que el cielo rece por tu presencia.

Estoy seguro que he visto un ángel, me parece que lo eres, y si no lo eres, eres  lo más cercano de haber visto uno.

 

Que el propósito y misterio no esté ni en tus manos ni en las mías, sino en las manos de Dios.