Ese dulce desvelo del que somos prisioneros,
que interrumpe nuestro sueño por la madrugada,
que secuestra algunos pensamientos mañaneros,
a quienes por inercia nos enciende una llamarada.
Sin duda, una adicción sin control para los amantes
que apostamos a la Poesía, siendo artistas dedicados
a la literatura y escritura, con inspiración constante,
de grandes expertos consagrados y de los aficionados.
Un mundo fascinante donde fluyen con simpleza,
ideas desordenadas, que nos envuelven a diario,
transformadas en hermosos versos sin destreza,
que inclusive podrán ser tristes como un calvario.
El amor, dolor, la alegría o decepción, fieles testigos,
escenarios sobre los que se plasman aquellas rimas
propicias para compartir las emociones sin códigos,
para el desahogo de muchas confidencias íntimas.