Margarita García Alonso
Me gustaría saber cómo, niños
Me gustaría saber cómo, niños
que han visto a los padres
en el insoportable bajón
de no lograr absolutamente nada,
a las abuelas en filas interminables
tras el hilo sumisión, macarela:
el techo se hundió con el huracán,
la cama llegó al suelo
arrastrando el mismo colchón
que sirvió para concebirle,
hace meses no entra paquete de la prima
que fue al norte para ayudar,
no ve a la hermana que se prostituye
para llenar a-la-cena,
tampoco tiene noticias de la sobrina policía,
ocupada en tramitar denuncias,
la familia se va al garete,
la casa se hunde
la mesa quiebra
el rostro se borra
en la oscuridad del apagón,
la sombra de traición
mastica cera de la última vela.
Cómo, hace veinte, treinta, cuarenta,
cincuenta años escribieron:
\'los de arriba juegan sucio\',
y ahora, Contrarios de Altura
pactan con quien expolia
y mantiene yate al hijo que pasea
en la playa donde no pueden entrar,
cómo, despiertan sin café,
no encuentran aspirina
para el dolor de cabeza
que late eternidad,
pero apuestan por ideas socialistas,
e ídolos fabricados en laboratorios
que prometen respiros,
equivalentes a aquel futuro
desmantelado desde hace pasados,
mientras reciben premios, visas, becas,
calabazas verde moneda,
se plantan en el horizonte,
necesitan sacrificios,
anónimos en primera línea,
necesitan innombrables
hambrientos de guerra
para que pulan
el desaparecido
diamante del Capitolio,
y oficialicen pureza.
Cómo, niños,
ocultan el dolor en el pecho,
dolor de individuo.
Cómo regalan su voz
para que cuelgue
en altares de dioses
que prometen curitas
para el cayo,
mientras tararean
hipnóticos rebuznos de caballo.
¿Cómo, en este noviembre del 2021
se convierten en tontos del socialismo?